Duende malicioso de orejas puntiagudas, manos largas y piel parduzca de ropajes rojizos y boina en la cabeza.
Se dedica a pervertir a las muchachas solitarias mediante caricias que realiza mientras se encuentra invisible con la ayuda de una planta joven de mandrágora que, siempre que realiza sus fechorías, lleva en la mano. Las muchachas que han pasado por esa singular experiencia cambian de conducta pasando de ser solitarias a volverse alegres y apasionadas. Se cree que el tentirujo puede tener cierta relación con la diablesa de la lujuria Masabakes y que es ella quien le indica el lugar donde debe actuar ayudándole a transportarse hasta allí.
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