
Duendecillo enredador y burlón que vive en las casas de los hombres. Tira la harina, bebe la leche y afloja las tarabillas de las ventanas entre chirriantes risas e hipócritas lloriqueos.
Esta es la historia de un bosque encantado en la tierruca cantabra. Para adentraros en ella tendréis que poner, imaginación, ingenuidad, ilusión y mucho sentimiento. Si queréis acercaros a estos personajes fantásticos de la mitología, tendréis que creer en la magia. Entonces podréis verlos correteando entre los árboles y matorrales, en la profundidad del mar, o paseándose por el cielo. Os invito a pasear por mi bosque encantado y a disfrutar de toda la magia que lo envuelve.
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